Para explicar cómo se producen las primeras crisis de ansiedad , nos debemos introducir en el modelo de vulnerabilidad-estrés para las falsas alarmas    ( Barlow,2002), las crisis de ansiedad surgen de la combinación de una vulnerabilidad física para responder con ansiedad ( reactividad biológica, umbral para las tendencias de acción asociadas a falsas alarmas), una vulnerabilidad psicológica ( historia de aprendizaje, modelado familiar y falsa información sobre distintas enfermedades y sus síntomas) más una situación de estrés desencadenante, breve pero intenso o leve pero mantenido durante el tiempo, que no sabemos cómo afrontar.Por tanto, percibimos esa situación como amenazante y valoramos nuestras habilidades para hacerle frente pero, muchas veces, ejercemos una resistencia pasiva o conductas de evitación, lo cual aumenta la tensión, especialmente, en caso de cambios vitales ya sean negativos o positivos y, otras, una resistencia activa o conductas de huida; simplemente, tenemos un miedo que sabemos irracional, desproporcionado ante una persona, objeto, animal, lugar o situación, y la ansiedad aumenta.Un miedo aprendido ante un peligro “inminente” ya sea real o no y que tiene una función adaptativa de protección pero sólo es útil si existe el peligro.Si no es así, nos centramos en nuestras sensaciones corporales y se generan, entonces, los pensamientos  automáticos catastróficos.

Es el miedo a tener miedo, es la ansiedad.

Las crisis de ansiedad aisladas son frecuentes y no necesariamente implican un trastorno.Según Kessler (2006), la prevalencia de las crisis aisladas es del 22’7%, lo cual significa que cualquiera de nosotros puede tener una crisis de ansiedad, en cualquier momento, sin que ello conlleve un deterioro funcional, y que podría ser debido a cualquier factor estresante.

Sin embargo, las crisis de ansiedad se pueden repetir por un proceso de atención focalizada consciente e inconsciente; es decir, después si hemos sufrido una primera crisis de ansiedad, entonces, con la intención de evitar una nueva crisis o lo que para nosotros represente la misma ( una enfermedad, la posibilidad de morir o de hacer el rídiculo si nos desmayamos en público), empezamos a prestar más atención a nuestras sensaciones corporales e, incluso, vigilamos cualquier cambio.Esto produce que nos demos cuenta de sensaciones que antes nos pasaban desapercibidas, desencadenan los pensamientos automáticos catastróficos ( por ejemplo, “me va a dar un infarto”, “me voy a volver loco”, “estoy a punto de desmayarme”) lo que provoca el inicio del ciclo huida-lucha-paralización, una segregación excesiva de adrenalina, y la crisis de ansiedad.Si esto se repite durante mucho tiempo, el mecanismo se vuelve inconsciente ya que se automatiza y podemos reaccionar con miedo, es decir, con ansiedad, ante cualquier mínimo cambio corporal normal o, incluso, durante el sueño lo que explica las crisis de ansiedad nocturnas que se producen entre la fase 2 y 3 del sueño no REM

 

La ansiedad es un problema multifactorial, siendo, muchas veces, su factor desencadenante de etiología idiopática y, por tanto, un tema difícil de tratar y entender por el paciente el cual únicamente observa unos determinados síntomas, que le causan un malestar real y profundo, que, en ocasiones, le incapacitan para la vida cotidiana que solía llevar y cuyo tratamiento se puede prolongar temporalmente.

Entre las cuestiones más habituales que plantean los pacientes con ansiedad, hallamos:

          Tengo miedo a desmayarme

Es bastante difícil llegar a desmayarse por ansiedad, sobretodo, si nunca se ha desmayado antes, a excepción de los casos de agarofobia y fobia a la sangre.Esto es debido a que, para desmayarse, se debe dar una caída brusca de la presión sanguínea y, sin embargo, durante una crisis de ansiedad podemos observar taquicardia, lo cual eleva la presión sanguínea y, entonces, sería contradictorio desmayarse en tales condiciones.Lo que ocurre es que hay una tendencia a hiperventilar y, ello, puede producir una cierta sensación de mareo que, sin embargo, inducirá más taquicardia y, por tanto, a elevar más la presión sanguínea.

          Mis crisis de ansiedad duran mucho tiempo

Una de las cuestiones más frecuentes es cuando el paciente afirma que tiene una crisis de ansiedad y experimenta una ansiedad muy intensa.Tras esa crisis, que suele durar unos diez minutos, experimenta una ansiedad menor debido a que el paciente sigue preocupado por el miedo a tener otra crisis o por sus consecuencias.Aunque son dos tipos de ansiedad distintos; crisis de ansiedad o panic attacks, puntuales, intensos, breves y ansiedad generalizada, permanente, menos intensa, la mayoría de los pacientes tienen tendencia  a confundirla con un solo tipo al que llaman crisis de ansiedad.
          Con la menstruación tengo más crisis de ansiedad

Cuando se da en el cuerpo una situación que provoca cambios fisiológicos o corporales, relacionados con la menstruación o con otras circunstancias ya sea una enfermedad o una resaca, se pueden dar dos casos: que nos planteemos que los cambios se deban a esa circunstancia puntual y, por tanto, no le demos importancia al cambio o, también, que la percepción de esos cambios nos haga pensar en otras posibles causas, distintas a las directamente esperables, generando pensamientos automáticos catastróficos, y aumentando la ansiedad.

          ¿ cómo es posible que tenga crisis mientras estoy durmiendo?

 La mitad de los pacientes con panic attacks han presentado crisis nocturnas, alguna vez, ya que, aunque estamos durmiendo, nuestro cerebro sigue funcionando y si, en algún momento, detecta una sensación que interpreta como peligrosa puede provocar la crisis.

          ¿ Tendré siempre crisis de ansiedad? ¿ Las pueden heredar mis hijos?

Una cierta vulnerabilidad física puede facilitar que se reaccione más rápidamente con la respuesta de huida o lucha y dicha vulnerabilidad sí puede ser heredada.En cambio, la vulnerabilidad psicólogica, es decir, el aprendizaje y la forma en qué pensamos que algo es o no es peligroso y, por tanto, nuestras propias capacidades para afrontar dicho peligro, son controlables y reaprendibles y, por ello, no heredables.