Cómo convivir y acabar con el despecho

Eric y Patricia llevaban 12 años de presunta feliz relación. Hasta que un día, él decidió usar las redes sociales de una forma más activa. Tres meses después, Patricia estaba en la recepción de mi consulta hecha un mar de lágrimas y estrujando una nota: “¡fíjate! Y sólo me ha dejado esto, ¿qué he hecho mal?” Cuando un par de semanas más tardes, ya ha comprendido que no es lo que ella ha hecho mal, nace en Patricia una profunda sensación de ira. Sigue sin saber nada de Eric y me pregunta, “pero, ¿qué me está pasando? Si, ¡ yo no soy así!”

Y, es que me estoy enamorando locamente…

¿Existe, realmente, la locura de amor? Sí, algo muy parecido; véase; me encuentro con alguien que me llama poderosamente la atención – y no sólo a nivel físico, que puede ser la “puerta de entrada” pero si no existe coincidencia intelectual, afectiva, emocional, no llegaremos muy lejos – y empiezo a creer firmemente – aunque sea una decisión unilateral- que es “el hombre de mi vida”. Así, haré todo lo posible por conocerle.

Sin embargo, ya lo tendré tan idealizado, desde el principio, que convertiré sus defectos en virtudes y ensalzaré, aún más, sus virtudes de modo que se convertirá casi en el “hombre perfecto” y acabaré muy enamorada, “coladísima” por él.

Así, cuando menos me dé cuenta estaré tan embriagada por el elixir de amor, que dejaré de ver las cosas claramente y, probablemente, las veré bajo el prisma de él, habré dejado mi voluntad en sus manos, momento en el cual sentiré que no puedo vivir sin esa persona “especial” a mi lado. Pero, si eso es así, sólo estaría dando muestras de mi propia inseguridad ya que necesitaría depender de una figura a la que, en realidad, he idealizado. Y, esté, es el principal problema en el caso de que la relación acabe en ruptura; no puedo esperar del otro que me quiera de la misma manera que lo hago yo.

Y, mucho menos, se puede obligar a nadie que no te quiere, a que lo haga. Este es el punto de inflexión del despecho: ¡yo le quiero! Por tanto, ¡debe quererme!… Pero, si, realmente, esa persona no te quiere a su lado – aunque, siempre recordarás los buenos momentos de ambos, ya que siempre más formará parte de tu historia vital- piensa que vales demasiado como para estar suplicando amor a quien no te lo quiere dar.  Por tanto, levántate, limpia tus cicatrices y convéncete de tu capacidad para estar al lado de alguien mejor, con unos sentimientos reales. Y, sobre todo, nunca te excedas; nunca acoses a tu ex, tiene tanto derecho a rehacer su vida como tú. Ambos debéis continuar vuestro camino, sin mirar atrás.

Cómo convivir o acabar con el despecho

En ambos casos, se debe pasar por la fase de duelo correspondiente. Antes de llegar al final del mismo – el cual puede ser largo y duro- se van a pasar diversas etapas; sorpresa, negación -ya que no querrás aceptar que la relación ha tocado a su fin y, menos aún,  que la otra persona, no volverá a estar contigo porque ya no hay amor. Y, ello, es sobre todo, porque estás convencido/a de que os seguís queriendo. Pero, no deberías hacerte falsas ilusiones ni expectativas poco realistas. Por tu bien – culpa – te creerás responsable de que esa persona no esté contigo. Pero, cuidado, nuevamente, te estás engañando. Todos tomamos nuestras propias decisiones. Si no está contigo, es porque, así, lo ha decidido y ello, es absolutamente independiente de tu voluntad- de rabia hasta ira por la persona que te ha dejado, tristeza – es una etapa de una cierta duración – y aceptación que es cuando te das cuenta que, cuando has caído hasta lo más hondo, ya sólo queda subir, por tanto, te distancias algo de la situación y miras el futuro con más perspectiva que no lo habías hecho hasta ahora.

Y, ¿nos “vengamos”?

¡Parece ser que sí! Según un estudio de la Universidad de Missouri (Barber & Cooper,2014), un 35% de aquellos que finalizan una relación de larga duración deciden mantener relaciones sexuales de una forma desenfrenada mientras que el 25% lo hacen de manera más esporádica.

En este intento de “olvidar” a la persona que, un día, te hiciera feliz, no se dejan de cometer errores importantes por parte de quien debería olvidar:

  • Iniciar otra relación inmediatamente. Debes dar y darte tiempo. Es necesario para completar totalmente la fase de duelo porque, de lo contrario, es como tener una cicatriz abierta y, con cada discusión y, por tanto, el miedo a perder la relación, le tiramos sal a la herida.
  • Tomar alcohol y/o sustancias de abuso para “olvidar”  No es la solución porque  ni se olvida ni la otra persona va a volver. Además, una vez pasado el estado de embriaguez o de anestesia emocional
  • Consumir antidepresivos Su consumo ayuda ya que actúan a nivel del SNC pero no curan porque, de hecho, que te deje tu pareja no es ninguna patología, se llama “vida”. Por tanto, a no ser que a lo largo de la relación hayan existido malos tratos, no es necesario el consumo de medicamentos
  • Aislarse en el trabajo No es recomendable porque hace que la persona se hunda en una profunda tristeza que puede acabar en un trastorno depresivo mayor
  • Chantajear emocionalmente a la otra persona Con tal de recuperarla, y hacerla quedar a su lado, hay quienes se inventan, adrede, embarazos inexistentes, enfermedades gravísimas – que sólo existen en su mente- e, incluso, hay los que llegan a las tentativas autolíticas o tanatolíticas.
  • Somos amigos Es otra manera de no cerrar el duelo. Cuando una pareja rompe, no puede continuar siendo amiga, al menos de una forma inmediata, porque origina resentimiento y rencor, que llevan a una relación basada en la dependencia y el autoengaño

Cómo superar el despecho

  • ¡Olvídate de la venganza!¡ Pasa página! Si nos dejan, la otra persona queda como la fuerte mientras que nosotros quedamos en una posición de inferioridad. Es, por ello, que queremos revertir este sentimiento y, aunque tengamos que esperar, buscaremos el momento propicio para despreciarlo/a del mismo modo que hiciese con nosotros Por ello, es importante que pases página; olvídate de esa persona, sigue tu vida e intenta ser tan feliz como puedas. Y, recapacita; posiblemente, esta vez, has “perdido” pero, quizás, la vida te tenía preparado que aprendieras que, para ganar, debes estar dispuesto/a a perder, en algún momento, como esté. Esta  es la principal clavé de superación el despecho

El éxito es la habilidad de ir de fracaso en fracaso, sin perder el entusiasmo” (Churchill)

  • Contacto cero. Ningún recuerdo. Cualquier cosa que nos pueda recordar a la otra persona; regalos, fotos, accesorios personales,… sólo sirven para mantener puertas mentales abiertas que sirven para la venganza, la idealización, lo cual nos imposibilitaría el cierre del duelo. Por ello, lo más importante, una vez acabamos una relación  es coger una caja de cartón y, en ella, colocar todos estos objetos – tanto los que se hayan a la vista como las fotos que tengamos en el móvil y ordenador, previamente descargadas en un pendrive – Esta caja la guardaremos, sellada, en un lugar poco visible. Asimismo, es importante, borrar su contacto de Whatsapp – porque si no caeremos en la tentación de mirar cómo, con quién, cambia su foto – lo cual sólo nos producirá más dolor así como nuestra vinculación con la otra persona, en cualquier red social que compartiéramos en su día.
  • ¡No te quedes en casa!  Esa es la mejor manera de que tus pensamientos acerca de los porqués, sí, esos que no tienen respuesta, te llenen la mente, y te pueden llegar a bloquear emocionalmente, produciendo un verdadero trastorno psicológico. Por ello, ¡levántate! Mira que día más maravilloso te ha sido dado y ocupa tu tiempo de ocio; haz ejercicio, pasea por la playa, ve al cine o al teatro, disfruta de cenas con tus amigos, busca nuevos retos en el trabajo… tu tiempo es tuyo y necesitas recuperar tu seguridad, ¡a por ello!
  • Sé positivo/a  Incluso de aquello más negativo que creemos que nos ocurre se puede extraer una experiencia positiva, que te hará crecer emocionalmente, como persona. Probablemente, ahora no lo veas pero es que, quizás ahora, tu actitud ahora no es precisamente, la más abierta y positiva posible. Por ello, lo más importante es lo que piensas acerca de tener una relación. Si, para ti, es esencial y una persona sin vivir una relación, no está completa, entonces, te costará , no sólo aceptar tu ruptura, sino, también, tener una actitud lo suficientemente positiva como para estar abierta/o a nuevas oportunidades
  • No sientas lástima Debes intentar superarlo – de la misma manera que lo hace la otra persona- aceptando todos los errores que tanto uno como el otro hayáis cometido y siendo conscientes de los mismos, más que nada, para no volver a cometerlos. Pero si sientes lástima por ti mismo/a, por la relación rota, acabarás generando una sensación de lástima en tu entorno y, como ya hemos dicho, esto hará que proyectes una imagen de persona dependiente e insegura, con baja autoestima, que en nada te favorece. La vida continúa, afortunadamente, no te cierres a nuevas posibilidades que, con esta actitud, no vas a ver.
  • Mantén el contacto con tu contexto familiar y social Ahora, más que nunca, necesitas el apoyo y el afecto de tu familia y amigos. Permíteles que estén cerca de ti, que compartan tus emociones y sentimientos, te aportarán tiempo de calidad y, sobretodo, te ayudarán a recordar cómo eras, cómo te comportabas, antes de la relación que se acaba de romper. Y, hasta puede que lo que oigas te guste más que aquello en lo que te has convertido, en la actualidad.

Así, seguramente, te debería ser más fácil adoptar una perspectiva más realista de aquello que está ocurriendo – apoyado por aquello que te cuentan familia y amigos- Y, de esta manera, evitaran que salgas corriendo detrás de tu ex suplicándole una reconciliación – aunque sepas que no va a funcionar; ya sabes “segundas partes, nunca fueron buenas”- pero que, muchas veces, tras la ruptura.

Bibliografía

  • Rebound Sex: Sexual Motives and Behaviors Following a Relationship Breakup Barber, L.L. & Cooper, M.L. Arch Sex Behav (2014) 43: 251. doi:10.1007/s10508-013-0200-3
  • Michelena,M.(2012) Me cuesta tanto olvidarte La esfera de los libros