A raíz de los anteriores artículos sobre relaciones “tóxicas”, personas “tóxicas” y qué hacer si creo que soy una de ellas, hemos recibido diversas consultas en el mismo sentido.Creemos que, teniendo en cuenta a todas ellas, deberíamos hablarles sobre el siguiente paso: ¿ me atreveré a ir al psicológo por ello?

En primer lugar, es importante que la persona adquiera consciencia de tener un problema, lo cual no es sinónimo de tener una enfermedad mental, ni tan sólo un trastorno psicológico.La tendencia de la sociedad actual a psiquiatrizar y, por tanto, a poner etiquetas disgnósticas a absolutamente cualquier persona que acude a consulta es excesiva puesto que muchos de nuestros pacientes sólo vienen buscando pautas de comportamiento o formas de cambiar de cambiar su conducta.

Y de ello se trata; una vez hemos adquirido la consciencia real de que “algo nos pasa”, debemos desear cambiarlo, teniendo en cuenta que para que una terapia funcione completamente el 50% lo debe poner el terapeuta y el otro 50% ha de ser la voluntad del paciente que desea cambiar,que participa activamente y en la consulta y que destapa sus emociones, sus miedos y sus sentimientos.

En una primera sesión, el psicológo y el terapeuta hablan de estas cuestiones, de las relaciones “tóxicas” y de los motivos por los cuales se considera a si mismo el generador de las mismas.Se buscan patrones similares a lo largo de diversas tipos de relaciones ya sean sentimentales como familiares, laborales o sociales.Cerramos la sesión pidiendo al paciente un insight, es decir, una reflexión sobre todo lo dicho y una ampliación de estos patrones tras el insight, que nos dará por escrito.

Fundamentalmente, en todos estos casos, hay varias áreas que son las que se deben trabajar:

Comunicación Existen tres tipos fundamentales; asertiva, pasivo-agresiva y agresiva. Una persona que se considera “tóxica” suele comunicarse de forma agresiva ya que sólo se preocupan por defender a cualquier precio sus derechos Son características generales de este estilo de comunicación la agresión, el desprecio y el dominio hacia los demás. Muchas veces, quedan aislados, tensos porque pierden con facilidad el control de las situaciones y de sus propios recursos al enfrentarse  a las relaciones interpersonales. Practican la comunicación unidireccional, pues no permiten la retroalimentación.Y esto es lo que les hace parecer “tóxicos” ante sus relaciones y, finalmente, ante ellos mismos.

En este caso, se debe mostrar al paciente las diversas técnicas asertivas existentes que le permitan utilizar un estilo de comunicación asertivo

Este es el estilo que suelen usar las personas que son capaces de expresar sus sentimientos, ideas y opiniones, utilizando los componentes de la comunicación para optimizar sus habilidades sociales. Se adaptan se al contexto donde se desarrolla la comunicación y consiguen comunicarse en cada ocasión de la mejor forma posible.

En sus relaciones interpersonales se sienten relajados y con control, lo cual facilita la comunicación. Se gustan a sí mismos y gustan a los demás, y el trato con ellos suele resultar, en términos profesionales y personales, bueno con los demás y bueno para ellos mismos ya que todos ganan en el proceso de comunicación.

Por tanto,identificar el estilo de comunicación de la persona que se considera “tóxica” nos facilitará la tarea de relacionarnos con él y, en la mayor parte de las ocasiones, permitirá que realicemos un cambio favorable. Un estilo de comunicación indica una personalidad detrás del mismo y cuantos más datos tengamos de nuestro paciente, mejor le podremos conocer y, ayudarle a cambiar  para que la comunicación sea más exitosa

Empatía Aquello que definimos habitualmente como “ponerse en los zapatos del otro” y que, sin embargo, tanto nos cuesta practicar, consiste en sincronizar con las emociones positivas y negativas de la otra persona pero, cuidado, porque no significa abandonar las propias convicciones y asumir las ajenas ya que, entonces, no saldríamos del bucle objeto de consulta.Al contrario, la empatía supone que no podemos opinar igual que el otro pero que no por ello vamos a dejar de respetar su convicción y aceptar sus propios motivos para tener una opinión diferente a la nuestra.Pero, hasta llegar allí, debemos hacer un ejercicio difícil que es intentar asumir la posición de esa persona con la que no estamos de acuerdo, con la que ni tan sólo nos llevábamos bien.Cuando lo consigamos, sólo obtendremos beneficios; regulará la agresividad,motiva la comunicación, permite establecer vínculos afectivos e induce a trabajar en equipo, con compañerismo .

Asertividad Consiste en expresar las propias ideas, creencias, opiniones, sentimientos, sin incomodarse pero, tampoco, sin incomodar a los demás.

Se hicieron célebres los llamados derechos asertivos, precisamente para situaciones tóxicas:

1. El derecho a ser tratado con respeto y dignidad.

2. El derecho a tener y expresar los propios sentimientos y opiniones.

3. El derecho a ser escuchado y tomado en serio.

4. El derecho a juzgar mis necesidades, establecer mis prioridades y tomar mis propias decisiones.

5. El derecho a decir “NO” sin sentir culpa.

6. El derecho a pedir lo que quiero, dándome cuenta de que también mi interlocutor tiene derecho a decir “NO”.

7. El derecho a cambiar.

8. El derecho a cometer errores.

9. El derecho a pedir información y ser informado.

10. El derecho a obtener aquello por lo que pagué.

11. El derecho a decidir no ser asertivo.

12. El derecho a ser independiente.

13. El derecho a decidir qué hacer con mis propiedades, cuerpo, tiempo, etc.,mientras no se violen los derechos de otras personas.

14. El derecho a tener éxito.

15. El derecho a gozar y disfrutar.

16. El derecho a mi descanso, aislamiento, siendo asertivo.

17. El derecho a superarme, aún superando a los demás.

Habilidades sociales Existen diversos grupos distintos de destrezas sociales.Quizás Ud que esta leyendo esto y se plantea si es una persona “tóxica”, es más o menos hábil en alguno u otro de ellos.En cualquier caso, todos se pueden reeducar.
La autenticidad, la percepción de que se es honesto con uno mismo y con los demás, juega un importante papel en el desarrollo las habilidades sociales. La persona con alta inteligencia social expresa cumplidos sinceros, confirma el valor del otro por medio de comentarios positivos, hace sugerencias constructivas, reconoce el éxito de los demás y no busca su aprobación en exceso. La persona “nutricia” se expresa con claridad y convence con sus ideas, sugiere, da su opinión sincera, negocia.

Un alto grado de empatía entra en juego para que una persona desarrolle su magnetismo social. La empatía es la capacidad para apreciar las experiencias de los demás y conectarse con ellos a través de sus propias vivencias, tal y como hemos dicho, anteriormente

Es posible y deseable desarrollar nuestras habilidades sociales, puesto que supone la reducción del conflicto, el aumento en la colaboración y promueve la comprensión. Todos, de una forma u otra en mayor o menor grado, actuamos de manera “tóxica”. Dejar atrás nuestras actitudes socialmente dañinas es parte de nuestro desarrollo personal. Es momento de tomar en cuenta cómo nos perciben los demás. Una sencilla “encuesta” entre las personas con quienes nos relacionamos puede darnos datos útiles para saber qué tan “tóxicos” o “nutricios” estamos siendo y qué nos gustaría moldear en nuestra personalidad

Obviamente, se pueden trabajar muchas otras cuestiones como la capacidad de aceptar críticas, y no hacerlas en “venganza”, el no tener sentimientos de culpabilidad por problemas que, la mayor parte de las veces, son derivadas de pareja o de relaciones y, por tanto, intervienen otras personas.En cualquier caso, cuando estamos hablando de una relación, del tipo que sea, nunca podemos decir que la “culpa” sea única y exclusivamente de una de las partes.

Y, definitivamente; actitud positiva.Es fundamental. Si tenemos un problema, la actitud positiva, obviamente, no lo hará desaparecer, pero nos permitirá ver que la realidad, que parece única, tiene muchas perspectivas y si siempre la miramos desde el lado negro y malo, nuestro estado de ánimo será triste y estaremos fácilmente irritables y muy suspicaces.Además, creeremos que la solución es imposible.

Pero si lo miramos desde el lado blanco y optimista, veremos que nuestro estado de ánimo no es tan angustiado, no estamos irritables, somos asertivos, creamos un buen ambiente a nuestro alrededor y veremos muchas posibles soluciones a un mismo problema.Como decía Grant Farley “ La actitud positiva quizás no resuelva todos mis problemas.Pero hace que resolver cualquier problema sea una experiencia mucho más gratificante”