El maltrato de ancianos

La declaración de Toronto (2002) afirma que el maltrato de personas mayores es la acción única o repetida a la falta de respuesta apropiada, dentro de cualquier relación con expectativa de confianza y que produce daño o angustia al anciano. Dicha acción puede ser de varios tipos: físico, psicológico/emocional, sexual, financiero o, incluso, un acto de negligencia intencional o por omisión.

Se establecen tres ejes específicos para diferenciar las conductas de maltrato de acciones de violencia:

  1. Vínculo significativo y personalizado que genera expectativa de confianza, siendo está una condición imprescindible.
  1. Daño o riesgo significativo para el anciano; es una condición necesaria pero no suficiente. Puede ser de diversos tipos: físico, psicológico, económico, sexual y negligencia, maltrato religioso y violación de derechos.Su ocurrencia suele implicar poca visibilidad de las consecuencias
  2. Intencionalidad de la conducta; condición suficiente pero no necesaria. La falta de conocimientos sobre el cuidado de un anciano puede conducir a no tomar decisiones adecuadas. No se hace con la intención de hacer daño pero causa sufrimiento, de cualquiera de los tipos mencionados.

El maltrato, se suele dar en tres contextos diferenciados: centros de atención y cuidado médico,centros residenciales y en,aproximadamente, 4 de cada 5 personas de 65 o más años ocurre en su propio hogar, el cual lo comparte con familiares o en el hogar de estos. Por tanto,podemos decir que entre el 4% y el 10% de los ancianos españoles han sufrido una o más formas de maltrato y/o negligencia.

Tratandóse de un porcentaje tan elevado de ancianos que se hallan, virtualmente, en situación de desamparo, nos podríamos preguntar ¿ y porqué nadie habla, informa o,incluso, denuncia?

Estas son las razones de la no información del maltrato y, por tanto, las dificultades de detección

  • Negación del maltrato

  • Miedo a las consecuencias puesto que suele existir una dependencia del maltratador.
  • Vergüenza y sentimientos de culpabilidad

  • Mal estado de salud física, psicológica y/o cognitiva
  • Desconocimiento de sus derechos debido al estado de aislamiento y soledad en que se hallan

Obviamente, por su parte, el maltratador no acepta mala praxis hacia el anciano:

  • Niega el maltrato

  • Se resiste ir a terapia; “… yo no lo necesito…” es muy habitual.Pero, al mismo tiempo, . se opone a una evaluación psicológica de la víctima, usando frases despectivas
  • Mantiene al anciano en una situación de aislamiento; sin visitas, no le lleva a los necesarios controles médicos rutinarios

Si esto sucede de puertas adentro de una casa, en la mayoría de los casos, para un profesional es muy difícil “entrar en el hogar” porque el maltratador no lo permitirá y el anciano , preso del miedo a las consecuencias, verá al profesional como alguien que se inmiscuye en sus discusiones familiares.

Las dificultades profesionales para la detección del maltrato en el ámbito familiar, son:

  • Falta de conocimientos

  • Temor a las consecuencias debidas a la denuncia, posiblemente, por parte del propio maltratador.
  • Nihilismo terapéutico. (“haga lo que haga, no va a servir de nada”)

  • Falta de tiempo y de privacidad en las consultas ya que, las pocas veces, que el anciano llega a consulta de un psicológo, lo hace en compañía de su maltratador, en la mayoría de las ocasiones.
  • Confusión de los síntomas con envejecimiento y/o enfermedad.

  • Falta de coordinación entre los profesionales; psicológos,trabajadores sociales, médicos de asistencia primaria y emergencias.

Por todo lo anterior, podemos considerar que exiten barreras que dificultan la detección del maltrato y son:

Barreras muestrales

  • La víctima y el maltratador
  • Los amigos y/o familiares, es decir,el entorno más cercano
  • Los profesionales y los recursos estructurales.

  Barreras estructurales:

  • Falta de recursos personales, económicos y de servicios

  • Falta de concienciación general de la sociedad.

Según un estudio realizado a ancianos por IMSERSO (2002) y por la SOCIEDAD ESPAÑOLA DE GERIATRÍA Y GERENTOLOGÍA, se les pregunto que consideraban maltrato:

  • Esfera íntima: explotación de la capacidad de trabajo en el hogar y abuso económico, destitución familiar,desarraigo y la falta de capacidad de los cuidadores, agudizado en casos de demencia.
  • Ámbito público: falta de dispositivos sanitarios, la conducta de profesionales que achacan a la vejez cualquier padecimiento y residencias con normas rígidas.

Y es aquí, cuando podemos distinguir entre:

  • NEGLIGENCIA: omisión de las funciones establecidas por protocolo, intencionadamente o no, con consecuencias negativas. Está, puede ser de tres tipos: Conductas relacionas con la higiene, movilidad y cambios posturales,incumplimiento de tratamiento o falta de dedicación así como en el trato o la atención.  
  • ABUSO: Acción intencionada, con o sin consecuencias negativas .Puede ser:trato caracterizado por infantilización y falta de respeto a la intimidad,derivaciones innecesarias a hospitales y negación de tratamiento debido a la edad.

 MALTRATO: Acción intencionada que provoca daños físico o psíquico, asociada al entorno familiar.Las consecuencias de un posible maltrato son: ansiedad o depresión,deterioro cognitivo,descripciones ambiguas de las situaciones al ser entrevistado rehuyendo el contacto visual, tal y como hace con su maltratador.

Una vez confirmado el maltrato debe iniciarse la evaluación la cual es múltiple:

  1. Física: valoración de los posibles daños sufridos
  2. Psicológica: estado cognitivo, comunicación y psicológico.
  3. Variables mediadoras del impacto de abuso:tipo de maltrato, características psicofisiológicas de la victima, estilo atribucional y forma de relacionarse con su entorno
  1. Psicológica del maltratador.

  2. Situación y/o contexto familiar

Podemos distinguir diferentes grupos de riesgo entre la población de ancianos, susceptibles de padecer neglicencia, abuso o maltrato:

  • Ancianos que precisan de numerosos cuidados
  • Cuidadores frustrados por su trabajo o con problemas psiquiátricos.
  • Cuidadores dedicados en exclusiva al anciano y con una pobre red de apoyo social.
  • Cuidadores con dependencia del alcohol, sustancias de abuso, ludópatas, o con antecedentes de maltrato por parte de sus padres.
  • Ancianos que viven en un entorno familiar con situaciones problemáticas

  • Nivel pobre de relación entre el cuidador y el anciano.

La prevención social del maltrato en los ancianos puede actuar en los siguientes niveles:

  • Reconocimiento legal de la figura del cuidador familiar e incorporación del hombre como cuidador informal.
  • Legislación específica para el maltrato y la protección a los ancianos.

  • Denuncia por parte de la víctima y los agentes sociales implicados.
  • Reconocimiento social de la existencia de malos tratos a ancianos.

  • Todavía no hay una legislación específica para el maltrato de ancianos en España; falta la creación de una fiscalía especial, similar a la actual dedicada a la violencia de género. Por lo cual hay que trabajar más en programas de actuación comunitaria.

  • Desde la psicología están teniendo resultados positivos las intervenciones holistas, intensivas e individuales para trabajar con el agresor y la familia, que incluyen:

  • Habilidades resolución problemas relacionados con las tareas de cuidado y de funcionamiento interpersonal
  • Estrategias para manejo de conductas difíciles para el anciano.

  • Información sobre la situación de cuidado, riesgos para el cuidador y para el anciano y fuentes de ayuda.