Las personas tenemos tres estilos de comunicación verbal; pasivo, agresivo y asertivo.El estilo agresivo esta en la base de muchos de los problemas actuales de autocontrol que acuden a consulta pero, también, de otros muchos más  graves, como el maltrato.El estilo asertivo es el más deseable porque «hablando, se entiende la gente».

ESTILO DE COMPORTAMIENTO PASIVO:«YO NO TENGO DERECHOS Y TU SÍ»


– Volumen bajo de voz, vacilaciones,silencios, poca fluidez…


– Poco contacto ocular, mirada baja,postura tensa , incómoda…


– Inseguridad en saber qué hacer y qué decir.


– Sienten que es necesario ser querido por todos

– Sensación constante de ser incomprendidos, manipulados y no tenidos en cuenta.


– Se presentan sentimientos de impotencia,culpabilidad, ansiedad y frustración.


– Pérdida de autoestima / pérdida de aprecio y/o falta de respeto de los demás.

ESTILO DE COMPORTAMIENTO AGRESIVO :«YO TENGO DERECHOS Y TU NO»

– Volumen de voz elevado, poca fluidez,interrupciones.


– Contacto ocular retador, cara y expresión tensa.


– Tendencia al contraataque.


– Piensan que si no se comportan así, son demasiado vulnerables.


– Sitúan los patrones de comportamiento en términos de ganar-perder

– Piensan que hay gente que merece ser castigada.


– Sienten ansiedad creciente, soledad,sensación de incomprensión, culpa,frustración.


– Baja autoestima y sensación de falta de control.


– Expresan lo que sienten y piensan, “ no engañan a nadie”.


– Producen rechazo en los demás
 
ESTILOS DE COMPORTAMIENTO ASERTIVO:«YO TENGO DERECHOS Y TU TAMBIEN»
 
– Habla fluida, seguridad, contacto ocular directo, relajación corporal.


–  Expresión de sentimientos tanto positivos como negativos, se defienden sin agredir.


–  No van a ganar, sino a llegar a un acuerdo.

.-Discrepa abiertamente, pide aclaraciones, dice “no”, sabe aceptar errores.


– Buena autoestima, respeto por uno mismo.


– Sensación de control emocional

–  Expresar, al máximo de nuestras posibilidades,lo que queremos y deseamos de un modo directo, honesto, de forma adecuada, que claramente indica lo que deseamos de la otra persona pero mostrando respeto por ella, con el mínimo coste emocional, manteniendo una buena relación con las personas implicadas