¿Existen recomendaciones para hacer más positivo, creativo, útil, y constructivo el uso de internet y las relaciones interpersonales virtuales?


 Internet es un recurso útil, siempre que se use adecuadamente, porque nos permite obtener información valiosa sobre una gran variedad de temas,mantener relaciones interpersonales satisfactorias con personas, hacer lecturas on-line de periódicos, revistas,etc.

 Teniendo en cuenta esto, en este post pretendo ofrecer orientaciones educativas de carácter general que pueden servir a padres y profesores para enseñar y contribuir a que sus hijos hagan un correcto uso de Internet y sus recursos

1.- No poner el ordenador en la habitación del chico/a y en cualquier caso poner la pantalla de forma que esté visible a quien entra o está en la habitación.
 Con ello no pretendemos que los padres se conviertan en «policías» que vigilan de manera autoritaria las páginas que sus hijos visitan. Se trata de conocer, sin perturbar excesivamente su intimidad, que información consulta el niño en la red.
 Además, si el ordenador está instalado en una zona común de la casa, es decir, en un lugar que es compartido por todos los miembros de la familia, se está contribuyendo a la vez a que no se produzca un distanciamiento entre padres e hijos como ocurre en muchos hogares en los que los menores disponen de televisión y ordenador en su propia habitación. De este modo, podemos obtener un doble resultado: saber mejor qué uso hacen nuestros hijos de Internet y potenciar a la vez las relaciones familiares presenciales.


2. Formar a los padres en las Tecnologías de la Información y la Comunicación. No se trata de
que los padres alcancen el mismo nivel de manejo de sus hijos, sino de que conozcan el medio, para
que así puedan comprender mejor a sus hijos e interactuar con ellos, reduciendo de este modo, el
desfase generacional que las TICs suelen promover en las relaciones padres e hijos actuales.
La finalidad educativa de los padres respecto a las TICs no es convertirse en tecnólogos, sino en orientadores e impulsores de usos saludables. Ahora bien, cuanto mayor sea el conocimiento que los
padres tienen sobre cómo usar el ordenador e Internet, más posibilidades tendrán de orientar a sus  hijos para que hagan un buen uso del mismo.


3. Conocer y utilizar algunos de los sistemas de protección actualmente disponibles para
evitar el acceso a sitios no aprobados a menores.
 A pesar de que existen mecanismos de rastreo de páginas Web y aplicaciones de software libre, se está comercializando un software de filtrado que funciona, básicamente, de tres formas distintas: a través del reconocimiento de palabras clave (restringe el acceso a todas las páginas que contengan la palabra elegida independientemente del contexto en que se utilice); la confección de «listas negras» (evita el acceso a páginas webs de contenido inadecuado en función a unos descriptores que actúan de bloqueadores, aunque su limitación es debido al carácter cambiante del ciberespacio) y el método relacionado con la tecnología PICS, Plataforma para la Selección del Contenido en Internet, (pretende etiquetar, según un código o ley de funcionamiento, los contenidos de Internet bloqueando el acceso a los que clasifique como inadecuados).
A pesar de que estos sistemas, favorecen que los padres se encuentren más tranquilos cuando los menores hacen uso de Internet y no haya ningún adulto en casa, no deben suplantar las medidas educativas favorecedores de un uso correcto de la red, que contribuyen a un mayor desarrollo cognitivo y actitudinal.


4. Hablar habitualmente con el chico/a respecto a la «navegación» en Internet, tratando de obtener información sobre lo que ve y consulta.
Esta medida permitirá aconsejarles sobre aquellas páginas que se consideren apropiadas y útiles para su edad. De modo que, a la vez que fomentamos la comunicación intrafamiliar, podemos motivar a nuestros hijos a que se mantengan informados, aconsejándoles sobre cómo seleccionar información adecuada y cómo ser críticos con la información que consultan.


5. No facilitar información privada. Se trata de enseñar al menor a que cuando se conecta al chat no
debe dar, ni pedir, direcciones, número de teléfono o cualquier información que pueda identificarlo.


Es preciso ser claros, pero sin alarmarlos, sobre los riesgos que pueden derivarse de «chatear» con
desconocidos.


6. Realizar actividades on-line (navegar, chatear, jugar en red, consultar periódicos virtuales,visitar foros y páginas Web…) algunas veces junto al niño, para inducirlo a una mayor confianza con los padres respecto a los contenidos de la red que le interesan.
Asimismo, favorecerá una «retroalimentación» entre padre-hijo, ya que les permitirá disfrutar de compartir un tiempo juntos y contribuirá a evitar que Internet adquiera la imagen de un intruso familiar.


7. Construir junto al chico/a, «reglas consensuadas» para navegar en Internet, sin imponérselas. Consensuadas significa que han de ser el resultado de un proceso democrático entre padres e hijos, es decir, se trata de que entre todos determinen que reglas o normas benefician a ambos, de modo que el menor no vea las normas como algo que le impone un adulto, sino como el resultado de un consenso, de tal forma que le sea más fácil interiorizarlas,

8. Determinar el tiempo de conexión. Se trata de enseñar al niño a tener autocontrol en lo que respecta al uso de las TICs, de manera que planifique y distribuya su tiempo, tendiendo en cuenta que no puede desatender el resto de sus obligaciones personales, (higiene, alimentación, tareas escolares, amigos, actividades fuera de casa, reuniones familiares,…).
 El niño tendrá que aprender a controlar el tiempo que invierte en las actividades que realiza en Internet, estableciendo a priori una hora de inicio y una hora de desconexión. De este modo evitaremos futuros problemas de dependencia o adicción.